Introducción a los Trastornos del Espectro Autista
Clásicamente se ha solido hablar de Trastornos Generales del Desarrollo, no obstante, actualmente parece que se está generalizando el incluirlos bajo el epígrafe de Trastornos del Espectro Autista (TEA). Este concepto, Espectro Autista, hace referencia a una serie de trastornos que comparten alteraciones de diversa índole en tres áreas:
Los diferentes trastornos del Espectro Autista se diferencian tanto por la gravedad y el número de áreas afectadas como por la edad de aparición, por la presencia o no de retraso intelectual o del lenguaje, o por la presencia de otras alteraciones asociadas.
La causa exacta de estas alteraciones no se conoce, pero sí que existe una base genética sobre la que pueden actuar determinados factores ambientales que pueden precipitar su aparición.
Debemos dejar claro que el surgimiento de un Trastorno del Espectro Autista no es responsabilidad de los padres, que no lo pudieron prevenir y nada tiene que ver con las pautas educativas y de crianza infantil que hayan utilizado.
El primer y principal reto al que nos enfrentamos desde los Equipos de Orientación y, en general, desde todas las instituciones y profesionales que trabajamos con la infancia, es el de la detección lo más precoz posible una vez haya aparecido (algunos de ellos se producen tras un periodo de funcionamiento normalizado), ya que una intervención temprana puede limitar los efectos negativos del trastorno.
Otro reto con el que nos encontramos los orientadores ante un posible caso de trastorno del Espectro Autista es su evaluación diferenciada del déficit intelectual. Hoy día existe un acuerdo generalizado en considerar que el déficit intelectual es una característica que no tiene por qué presentarse en todos los casos, siendo importante su diagnóstico por separado.
La detección temprana con apoyo de familiares y otros profesionales, la correcta valoración, la evaluación de las capacidades intelectuales, lingüísticas, sociales, emocionales, etc. del niño y el desarrollo y seguimiento de programas adecuados de intervención, serán las tareas fundamentales a las que los orientadores nos enfrentaremos cuando aparece un posible caso de TEA.